Dominando la plaza Museumplein se destaca el museo más grande de los Países Bajos: el Rijksmuseum (museo nacional). Situado en la Museumstraat 1, y rodeado por un jardín muy bien cuidado, este museo contiene la mayor colección de arte flamenco de la Edad de Oro holandesa.
- Rijksmuseum uno de los símbolos de Ámsterdam
- Rijksmuseum - Horarios de apertura
- Entradas Rijksmuseum - Reserva online ahora
- Rijksmuseum - Cómo llegar
- Rijksmuseum - El Palacio e la colección
- Les obras que no pueden perderse en el Rijksmuseum
- Otras obras que no pueden perderse en el Rijksmuseum
- Van Gogh en el Rijksmuseum
Rijksmuseum uno de los símbolos de Ámsterdam
No puede dejar de venir a admirarlo si visita la gran capital holandesa. Le conquistará de inmediato, con su estilo renacentista y su pasaje característico que lo atraviesa dando paso a la Musemplein, la imponente y verde plaza de los museos.
Rijksmuseum - Horarios de apertura
El Rijksmuseum está abierto todos los días de 9h a 17h
Entradas Rijksmuseum - Reserva online ahora
Rijksmuseum - Cómo llegar
Museumstraat 1, 1071 XX Amsterdam, Países Bajos
Tranvía 2 y 5 (parada: Hobbemastraat)
En metro desde la estación de Amstel hasta Weesperplein, luego seguir con el tranvía número 7 o 10 (parada: Spiegelgracht)
Rijksmuseum - El Palacio e la colección
El palacio del Rijksmuseum es ya de por sí una obra de arte constituida de elementos góticos y renacentistas. En su interior se encuentran las obras de grandes maestros como Rembrandt, Vermeer y Steen. Cada piso del Rijksmuseum abarca un período histórico diferente a través objetos históricos, textiles, armas, fotografías, artefactos y muchos otros hallazgos.
La colección del Rijksmuseum muestra el esplendor de la época más gloriosa de Holanda. Un ejemplo interesante lo constituye una casa de muñecas encargada por una mujer noble y hecha de materiales preciosos, en la que cada objeto está reproducido a escala y con la máxima precisión.
Hay más de 8.000 obras de arte distribuidas en cuatro pisos y unas 80 salas. El museo ofrece una historia del arte (y no sólo) holandés, desde la Edad Media hasta el presente. Los techos y paredes del museo encierran no solamente las grandes pinturas de los maestros flamencos, sino también objetos históricos, esculturas, grabados, fotografías, trajes de época, artefactos artísticos y mucho más.
Les obras que no pueden perderse en el Rijksmuseum
Los protagonistas indiscutibles del museo son las obras maestras de la Edad de Oro de la pintura holandesa, realizadas entre los siglos XVII (que corresponde al siglo de oro holandés), XVIII y XIX, por los grandes exponentes del arte flamenco. Rembrandt y Vermeer, para mencionar dos firmas ilustres, tienen un salón dedicado cada uno.
Arte y cultura, como ya lo habrá comprendido, le acompañará durante su visita. A continuación las obras que no deben perderse bajo ningún pretexto en el Rijksmuseum.
Las obras de Rembrandt Harmensz van Rijn, mejor conocido como Rembrandt, justifican por sí mismas toda la importancia de la visita. Del artista flamenco se conservan muchas pinturas, desde las más famosas hasta las de sus inicios (incluyendo un autorretrato del artista de cuando tenía apenas veintidós años), que sorprenden por la gran vivacidad de sus colores.
Pero la obra que acapara toda la atención es seguramente la Ronda de noche, máxima expresión del talento artístico de Rembrandt y verdadera pieza central de todo el museo. Los personajes que se agrupan en el lienzo, que data de 1642, parecen animarse gracias al sabio juego de luces y sombras logrado por el autor. Impresionantes son las pinceladas, vivaces y vibrantes, así como el tamaño de la pintura. Un espectáculo imponente, en el espacio de una pared.
Después de Rembrandt, Johannes Vermeer es el segundo "pincel" más influyente de la Edad de Oro. El artista estaba fascinado por la vida doméstica, y la mayoría de sus obras en el Rijksmuseum capturan esa necesidad de vida cotidiana y autenticidad.
La lechera, símbolo de Vermeer y del Rijksmuseum, es precisamente una de esas obras. La mujer, probablemente una sirvienta, está aquí inmortalizada en su intento de verter leche en un tazón. La inmovilidad de la leche está contrarrestada por su flujo, que parece nunca haber cesado desde 1660 ( año del lienzo) hasta nuestros días. Lo que es impresionante en La lechera, así como en otras obras de Vermeer, es la capacidad de plasmar lo mejor posible la expresividad y humildad de los sujetos y contextos representados.
Otras obras que no pueden perderse en el Rijksmuseum
Rembrandt y Vermeer son sólo las firmas más prestigiosas de la rica colección de obras de arte en el Rijksmuseum. Además de ellas, imperdibles lo son también las pinturas de muchos otros pintores de la pintura holandesa, más o menos famosos.
De Hendrick Avercamp tenemos su Paisaje de Invierno con patinadores, un hábil retrato de la sociedad del siglo XVI a través de los "vestidos" de un poblado cubierto de nieve. Cada figura se anima gracias a las pinceladas meticulosas del artista de Ámsterdam, capturando así un amplio espectro de las actividades y personalidades de la época.
Si nos movemos dos siglos más tarde encontraremos otras dos piezas interesantes, datadas del siglo XIX. Entre ellas, La batalla de Waterloo de la mano de Pieneman, con su ambigüedad entre lo realista y lo no realista, y Paseo matinal en la playa de Mauve, un pez gordo para los amantes del realismo.
Van Gogh en el Rijksmuseum
Si nos quedamos en el siglo XIX, más precisamente en 1887, encontramos el famosísimo Autorretrato de Vincent van Gogh, entre los otros contemporáneos de Mauve, anteriormente citado. El autorretrato, que curiosamente no se conserva en el Museo Van Gogh que se encuentra a menos de cien metros del Rijksmuseum, captura la extraordinaria personalidad del pintor holandés, máximo exponente del arte moderno.
Tampoco debe perderse el área dedicada a los navíos, donde encontrará en el centro de la sala un magnífico buque, un testimonio de la importancia que alcanzaron los Países Bajos como centro de comercio.
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